Okra, una hortaliza exótica que ayuda a combatir la diabetes

La okra es una hortaliza muy común en África y en diversos países de Asia, Oriente Medio y América, que físicamente se parece al pimiento verde, aunque su sabor y textura son bastante diferentes, ya que la textura resulta algo más viscosa.

Con todo, lo más destacable de esta hortaliza que ahora empieza a llegar a nuestro país, es que a parte de lo que aporta a nivel gastronómico, destaca por sus propiedades nutricionales, que la convierten en un alimento que ayuda a combatir la diabetes, a controlar el peso, luchar contra las úlceras de estómago, proteger la mucosa digestiva y eliminar la fatiga.

Esta hortaliza de vaina verde alberga en su interior unas semillas que son las que le aportan el sabor y esa textura viscosa particular que constituye una fuente de nutrientes con muy pocas calorías. En concreto, 100 gramos de okra aportan un 89 % es agua y proporcionan 33 calorías,1,93 gramos de proteína, 0,19 gramos de grasa , 7,45 gramos de hidratos de carbono, y 3,2 gramos de fibra.

Además, a nivel de micronutrientes la okra es rica en antioxidantes, potasio, vitamina B, vitamina C y calcio, que convierten a esta hortaliza en una opción a tener en cuenta cuando se sigue una alimentación sana y equilibrada, ya que puede permite sumar una gran cantidad de fibra sin apenas aumentar las calorías... y eso sin contar la fibra soluble que incluye, que ayuda a controlar los niveles de azúcar en sangre, a mantenerlos estables y mejorar la sensibilidad a la insulina, lo que la lleva a ser  muy útil para luchar contra la diabetes.

La presencia de fibra también favorece la digestión y mantiene a raya el hambre gracias a su poder saciante, algo muy positivo si el objetivo es mantener o bajar el peso; al tiempo que un extracto de sus semillas tiene capacidad antioxidante y antiestrés, hasta el punto de que han llegado a ser relacionadas con un efecto antifatiga que ayudaría a mejorar los tiempos de recuperación cuando se realiza ejercicio físico, por ejemplo. 

Por otra parte, uno de sus usos más tradicionales es resguardar el estómago de úlceras y gastritis, un efecto protector que ha sido probado en diversos estudios con ratas en 2018.

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