Sufrir diabetes y que llegue el verano puede suponer el incremento de los riesgos para la salud si no nos cuidamos, ya que en la época estival en la que suele haber temperaturas es altas, es común que aumente el riesgo de desarrollar otras complicaciones, motivo por el que es necesario prestar atención a una serie de recomendaciones.
Desde la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN) defeienden que el principal motivo del descontrol glucémico en personas con diabetes en verano es el cambio de hábitos, sobre todo, en relación con la alimentación. Por ello, las personas con diabetes deben vigilar que las bebidas que ingieren tengan pocas calorías, así como que sean sin alcohol.
Además, es esencial que estén hidratadas, por lo que tienen que ingerir diariamente una gran cantidad de agua o infusiones. En este sentido, el Dr. Juan Ybarra Muñoz, experto en Endocrinología y Nutrición de Centro Médico Teknon, aconseja “evitar el consumo excesivo de alimentos, así como de bebidas alcohólicas ya que estas pueden provocar efectos sobre los niveles de glucemia (hiper o hipoglucemia) y mantener los horarios y dosis habituales de tratamiento”.
Con el fin de llevar un seguimiento de la enfermedad, el especialista aconseja realizar controles más periódicos de los niveles de glucemia durante las vacaciones. Además, siguiendo la recomendación de practicar ejercicio físico diario, es importante señalar que este debe realizarse evitando la exposición prolongada al sol y las horas de calor extremo, y vigilando permanentemente la hidratación.
En este sentido, destaca la importancia del cuidado de los pies en personas diabéticas, por lo que es recomendable el uso de calzado adecuado durante la práctica de ejercicio, así como su posterior higiene para evitar heridas y complicaciones.
Por otra parte, según el especialista, “es necesario y fundamental planificar muy bien el viaje y el control que se seguirá de la diabetes, ya que se trata de una enfermedad crónica y seguirá siendo diabético antes, durante y después del viaje”.
Entre las recomendaciones que los diabéicos deberían atender en esta calurosa época, y que deberían comentar con su médico para poder ajustarlos a cada caso concreto, destacan:
- Hablar con el personal de enfermería especialista en diabetes o con el médico acerca del cambio horario del país al que se viaja, para que puedan ayudar a modificar la pauta de insulina y las horas de administración de esta. Si se va a viajar hacia el oeste, el día será más largo, mientras que, si se viaja hacia el este, el viaje acortará el día.
- Pedir al equipo médico que le preparen un informe, preferiblemente en inglés, en el que se haga constar el diagnóstico de diabetes y la necesidad de, en caso de viajar en avión, poder llevar en cabina todo el material necesario para el control de la diabetes (agujas, plumas de insulina, glucómetro, sensores de glucosa intersticial, glucagon y demás material fungible en caso de utilizar bomba de insulina).
- Asegurarse de tener una bolsa o estuche adecuado para guardar la insulina y resto de materiales necesarios. También puede ser útil llevar una nevera portátil y un contenedor para deshacerse del material punzante. Hay que tener en cuenta que la insulina corre el riesgo de congelarse en las bodegas de los aviones, lo que podría hacerla inutilizable. Durante el viaje es recomendable llevar tentempiés adicionales en el equipaje de mano, por si el viaje sufre retrasos.
- Preparar la maleta teniendo en cuenta cuánto material va a necesitar durante el viaje y llevar siempre material de repuesto por si algo se dañara o se perdiera. En este sentido, resulta sensato tener dos equipos de insulina y sistema de medición de la glucosa y llevarlos en sitios separados, por ejemplo, uno en el equipaje de mano y otro en el del acompañante, por si uno de los dos se extravía.
- Asegurar una correcta conservación de insulina durante el viaje, teniendo en cuenta que un bolígrafo de insulina no debe de estar más de 30 días fuera de la nevera a temperatura ambiente, y que lo recomendable es conservarlos a una temperatura de entre 4 y 8º C”.
- Llevar siempre bolígrafos de insulina (lenta y rápida) para poder usarlos en caso de que por algún motivo la bomba fallase. También es recomendable tener prevista una pauta de uso con horarios y unidades, y comentarlo con el equipo médico antes de viajar.
- Tomar nota de los números de contacto sanitarios en caso de emergencia, teniendo en cuenta además que los nombres comerciales pueden variar de un país a otro, por lo que para largas estancias, es recomendable llevar consigo varias recetas médicas para poder comprar insulina en el país donde esté.
- Tener contratado un buen seguro de asistencia médica durante el viaje, ya que en algunos países no hay sanidad pública o esta es muy deficiente.
- En caso de viajar en grupo, es recomendable que las personas que viajan con usted sepan cómo actuar en caso de que no se encuentre bien o sufra una hipoglucemia grave.
- Si se viaja a países con climas cálidos, es recomendable mantener la insulina protegida de la luz solar directa y en un lugar fresco, teniendo en cuenta que es posible que la insulina se absorba más rápidamente en un clima cálido, por lo que será necesario una mayor monitorización. Además, es fundamental asegurarse de estar bien hidratado.
- Si se viaja a climas fríos, llevar ropa de abrigo suficiente, y tener en cuenta de que en este caso es posible que la insulina se absorba más lentamente. Es especialmente importante no permitir que se congele la insulina, ya que esto afectará a su acción. Además, hay que tener en cuenta que los medidores de glucosa pueden verse afectados por las altas y bajas temperaturas, así como por la altitud.
Finalmente, según concluye el especialista, es bueno tener en cuenta una serie de cosas que no pueden faltar en el equipaje de mano de un diabético por vacaiones. Estas son:
- Documento de identidad e informe médico con el diagnóstico y tratamiento
- Glucómetro y tiras reactivas
- Lancetas y dispositivo para utilizarlas en los controles de glucosa en sangre capilar
- Insulina rápida y lenta
- Comida y tentempiés adicionales, así como preparados de glucosa, sacarosa, etc., en monodosis y/o bebidas azucaradas.
- Diario de papel, o dispositivo electrónico para anotar los resultados de los controles
- Tiras reactivas para acetona en sangre u orina
- Probióticos por si presentase alguna alteración del tránsito intestinal (diarrea)