La Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid ha facilitado en lo que va de año más de 440.000 sensores de medición electrónica de glucosa, unos aparatos que se entregan de forma gratuita a quienes cumplen con determinados criterios clínicos, para luego hacerles un seguimiento desde Atención Primaria.
Esta iniciativa, que le ha supuesto al Gobierno regional una inversión de 20 millones de euros durante este ejercicio en estos dispositivos, ha hecho que los usuarios que los han recibido se hayan liberado de la pesada carga de los pinchazos, ya que ahora pueden vigilar sus niveles de glucemia desde el teléfono móvil.
Está comprobado que el uso de estos aparatos, además de permitir la regulación de la insulina de forma más cómoda, también reduce las visitas a las urgencias y las hospitalizaciones por complicaciones crónicas, ya que los dispositivos permiten la medición electrónica del nivel de glucosa en sangre de los pacientes diabéticos, y traslada de forma automática los resultados a los facultativos responsables de su monitorización.
Estos dispositivos comenzaron entregándose en el ámbito hospitalario en 2020, y sólo para aquellas personas que padecían diabetes tipo 1, insulinodependientes; pero el año pasado comenzó a entregárse también a los pacientes con diabetes tipo 2, a través de los centros de salud.
Los dispositivos funcionan mediante un pequeño filamento que se inserta en la piel de forma subcutánea y controla de forma continua, 24 horas al día y 365 días al año, el nivel de glucosa intersticial; y los datos obtenidos se pueden ver en el teléfono móvil, el ordenador o el reloj inteligente del beneficiario.
Con esta información, los médicos pueden ajustar la medicación de una forma más precisa, por lo que es idóneo para quienes tienen un tratamiento muy complejo, que precisan múltiples dosis y al menos seis mediciones diarias mediante un pinchazo en el dedo.
Además, estos dispositivos pueden programarse para emitir alarmas por niveles altos o bajos de glucosa, y permiten regular la insulina de una manera más cómoda, lo que se traduce en menos visitas a urgencias y hospitalizaciones por complicaciones crónicas.
En cualquier caso, la consejera de Sanidad, Fátima Matute, ha recordado que es importante adoptar "un estilo de vida saludable, que puede prevenir o retrasar el desarrollo de la diabetes en un 80 % de los casos", al tiempo que ha aconsejado a la población una dieta rica en frutas y verduras, reducir la ingesta de grasas, evitar las bebidas azucaradas, realizar ejercicio de forma regular, mantener un peso adecuado y no fumar. Además, Matute ha insistido en la importancia de que "las personas sanas, a partir de los 40 años, se hagan controles en su centro de salud cada cuatro años".