Castilla-La Mancha tiene que responder a una orden del Ministerio de Sanidad que tenía previsto que en 2024, tanto los pacientes con diabetes tipo 1, como los tipo 2 que necesitaran múltiples dosis de insulina, contaran con un medidor continuo de glucosa, un aparato que, evitando los pinchazos diarios, e informa sobre los niveles del paciente al que monitoriza.
Pero resulta que el pliego de condiciones se ha redactado de tal manera que los pacientes de Castilla-La Mancha únicamente podrán optar a la tecnología de una marca, Dexcom, lo que, a juicio del presidente de la Federación Española de Diabetes (FEDE), evita la libre elección de endocrinos y pacientes, así como la libre competencia que lleva a que las empresas mejoren.
Con todo, el problema va más allá, ya que más de 8.000 pacientes cuentan ya con el medidor continuo de glucosa para controlar su diabetes, pero el de Abbott, de manera que esta decisión perjudicará tanto a los pacientes, que tendrán que adaptarse al cambio, como a las arcas de la Consejería de Sanidad.
En este sentido, el nuevo presidente de la FEDE, Lavado Castillo, ha advertido de que el Sescam ya cometió un error parecido hace una década, y que aún está pagando. Hace diez años fue Abbott, como en esta ocasión Dexcom, la empresa que se hizo, en solitario, con los glucómetros, que no se han actualizado desde entonces.
Además, desde la organización han advertido de que también se va a cometer el mismo error con el sistema híbrido de asa cerrada, una tecnología que, mediante una bomba, inyecta insulina al paciente cuando la necesita. En este caso, habrá un único proveedor.
En este contexto, la Federación Española de Diabetes ha pedido a la Consejería de Sanidad de Castilla-La Mancha que limite los precios, pero tambien que corrija los pliegos, con el fin de que puedan acceder a la concesión varias empresas, dando así a los pacientes y a sus especialistas capacidad de decisión.