Entre las razones del incremento de casos de diabetes en el mundo, acaba de descubrirse que una de ellas se basa es la relación entre el consumo de alimentos ultraprocesados y la aparición de la enfermedad, según han explicado un grupo de investigadores europeos en un estudio publicado en The Lancet.
Los autores del estudio han determinado que, más en concreto, tomar ultraprocesados incrementa en un 17 % el riesgo de padecer diabetes tipo 2, por cada 10 % de alimentos ultraprocesados que se consumen; de la misma manera que la sustitución de los alimentos ultraprocesados por los no procesados o mínimamente procesados junto con ingredientes culinarios procesados o alimentos procesados, se ha asociado con una menor incidencia de diabetes.
La edad promedio de los participantes en este trabajo fue de 52,5 años, y el 63,5 % de ellos eran mujeres; mientras que el tiempo promedio de seguimiento fue de 10,9 años, durante los cuales, un 4,6 %, fueron diagnosticadas con diabetes.
El promedio de alimentos ultraprocesados consumidos durante el estudio fue del 13 %, siendo el Reino Unido el país que tuvo la mayor contribución de este tipo de alimentos a la ingesta diaria ,con un 17,4 %, mientras que en el lado opuesto se situó Francia, con sólo un 6,9 %.
Francia fue el país que apostó en mayor cantidad por alimentos no procesados o mínimamente procesados a la ingesta diaria (81,4 %), mientras que Italia lo hacía con la más baja (63,8 %).
Por otro lado, Italia registró el mayor consumo de alimentos procesados en las dietas diarias de los participantes (25,7 %) mientras que el Reino Unido registró la más baja (7,6 %).
La evaluación dietética del estudio, en el que han participado más de 300.000 personas, se ha llevado a cabo en ocho países, Reino Unido, Francia, Alemania, Italia, Dinamarca, España, Suecia y los Países Bajos, se realizó al inicio del mismo utilizando métodos validados específicos del país o del centro.
En el caso de España, se recurrió a cuestionarios de antecedentes dietéticos mientras que en otros se apostó por preguntas semicuantitativas de frecuencia alimentaria o entrevistas personales. Las respuestas a las evaluaciones dietéticas se utilizaron para estimar las cantidades totales diarias de alimentos que debía ingerir cada participante en cada lugar en el que se llevó a cabo el estudio.
Así las cosas, se utilizaron varios índices de calidad de la dieta para ajustar la relación entre la dieta de los participantes y la diabetes, incluyendo una puntuación de la dieta mediterránea en el caso de las personas residentes en España. En el caso de las dietas, se tuvieron en cuenta la toma de alimentos ultraprocesados, procesados, no procesados o mínimamente procesados e ingredientes culinarios procesados.
Para poder realizar una valoración de los resultados, los investigadores realizaron un modelo estadístico de sustitución para considerar la asociación de reemplazar el 10 % de gramos al día de los alimentos citados anteriormente; y de cada dieta se fueron excluyendo uno de ellos para comprobar si los ultraprocesados tenían una incidencia directa en la aparición de diabetes.
En el momento del reclutamiento se realizó una recopilación de datos generales sobre una serie de variables sociodemográficas y de salud mediante cuestionarios validados. Las covariables en este análisis incluyeron el centro de estudio, el sexo, el nivel educativo, la ocupación, antecedentes de enfermedad previa, precedentes familiares de diabetes, tabaquismo, nivel de actividad física, e ingesta de alcohol.
El estudio fue aprobado por la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer (IARC) y el Comité de Revisión Institucional de cada región; y todos los participantes dieron su consentimiento informado por escrito, ademas de que pudieron retirarse en cualquier momento.