Ideados, inicialmente, para controlar los niveles de glucosa en sangre en casos de diabetes, el uso de este tipo de sensores se está generalizando entre personas que no padecen esta patología, de manera que modelos, actores, millonarios en busca de la eterna juventud, especialistas en envejecimiento saludable, y sobre todo deportistas de élite, están empezando a utilizarlos habitualmente.
La pregunta que se plantea el diario El Mundo en un amplio reportaje sobre la materia es ¿Por qué, de pronto, se ve a tanta gente con esa especie de parche redondo de color blanco en el antebrazo?... y, lo más importante, ¿qué es?... La respuesta no tiene demasiado misterio, ya que estos parches blancos son sensores de glucosa y, aunque inicialmente estaban concebidos para pacientes con diabetes, su uso se está generalizando entre personas que no padecen esta patología, lo cual está generando cierta controversia entre los que los contemplan como una especie de símbolo de estatus económico desahogado y los que ven en ellos una fuente de información clave sobre nuestra salud.
Nuestra salud presente, pero sobre todo, la futura, debido a los datos que proporcionan sobre nuestros picos de glucosa en sangre. En este sentido, Ilona Calparsoro, fundadora de Longevitas Labs, aclara que "son esos vertiginosos subidones de azúcar en sangre que se producen cuando comemos alimentos de alto índice glucémico", qué se producen "porque cuando nos tomamos, por poner un ejemplo, unos macarrones con tomate, el sistema digestivo los descompone en glucosa, que pasa al torrente sanguíneo generando un aumento en sus niveles de este monosacárido. Entonces, el páncreas responde rápidamente, segregando insulina, una hormona que ayuda a las células del cuerpo a absorber la glucosa y usarla como energía".
Lo malo es que, como en todo en la vida, todo lo que sube, baja, de manera que "estos picos van seguidos de descensos abruptos, lo que nos a vivir con una especie de montaña rusa de los niveles de glucosa en el cuerpo, que, al final, puede desencadenar, entre otras cosas, alteraciones metabólicas".
Por su parte, José María Ricart, fundador de Instituto Médico Ricart con sedes en Valencia y Madrid, explica por qué es tan importante conocer estos valores, indicando que "cada uno de nosotros somos diferentes y, obviamente, respondemos de una forma ante la ingesta de cualquier alimento. Cuanta más cantidad de datos manejemos, más capacidad tendremos para regularnos y mejorar nuestra salud metabólica".
A pesar de que, de primeras, parezca que pilla muy lejos, el control de la glucemia en sangre tiene un impacto directo en nuestra forma de envejecer. En este sentido, el experto asegura que "sabemos que los picos glucémicos tienen una relación con el envejecimiento, con la oxidación, con algunos tipos de cáncer, con el riesgo cardiovascular, con la diabetes... Es decir, al final, todo está relacionado, incluso, con los procesos neurodegenerativos. Por todo ello, es tan importante tener un buen control metabólico y la mejor manera de conseguirlo es, según se está demostrando en todos los estudios científicos llevados a cabo sobre el asunto, es mediante un CGM, un medidor continuo de glucosa. Yo mismo llevo uno, porque me brinda una información muy valiosa sobre qué debo comer en cada momento del día o cómo planificar mi actividad física".
En esta misma linea, Ángel Durántez, experto en medicina age management y director técnico de Longevitas, laboratorio que acaba de presentar un nuevo complemento alimenticio formulado para mejorar, junto a una buena alimentación y una actividad física regular, ese control de los niveles de glucosa en sangre, analiza este fenómeno asumiendo que "efectivamente, los alimentos de alto índice glucémico tienen un impacto directo en la aceleración del envejecimiento, debido a la glicación de las proteínas. Es decir, las proteínas se 'caramelizan'".
Así las cosas, Durántez concluye que "hoy en día, están muy de moda los llamados 'wereables' -anillos, relojes, etc- que nos dicen cómo dormimos, nuestra frecuencia cardíaca... Yo creo que si todo esto contribuye a generar cierta conciencia de salud, bienvenido sea".
Para Javier Fernández Ligero, farmacéutico y nutricionista, "no cabe duda de que estos medidores dan una información bastante útil, porque monitorizan los niveles de glucosa durante las 24 horas del día. Y esto es muy importante, porque nos hemos convertido en una sociedad muy dependiente de los hidratos de carbono, a pesar de que llevamos un estilo de vida muy sedentario. Los consumimos nada más levantarnos de la cama".
En su opinión, "estos sensores nos van a aportar una información clave sobre si la alimentación que llevamos va a acorde la actividad física que realizamos o con nuestro estilo de vida. Porque se puede dar el caso de que, al eliminar por completo los hidratos de carbono, nuestro organismo responda liberando más cortisol para paliar esa falta de 'combustible', produciendo, de este modo, picos de glucosa más pronunciados. Porque, en este escenario, no solo influye lo que comemos, sino que también inciden de una manera directa nuestro nivel de estrés, la calidad de nuestro descanso, etc.".
Y es en este capítulo, en el del estilo de vida, en el que incide su colega, la farmacéutica Marta Massi, al afirmar que "en personas sanas, creo que no es necesario obsesionarse con conseguir un nivel concreto de azúcar en sangre en ayunas. Si no existen problemas de glucosa, lo más recomendables es llevar un estilo de vida saludable para prevenir enfermedades crónicas a largo plazo e, incluso, el envejecimiento cutáneo a causa de la glicación".