Demuestran que el mango, una de las frutas más dulces, es eficaz para prevenir la diabetes

Un nuevo estudio demuestra que el mango, una de las frutas más dulces que podemos llegar a paladear, puede ser útil para prevenir la diabetes, hasta el punto de que llegó a comparar los efectos de consumir cada día una barrita de granola baja en azúcares o un mango completo.

 

Los resultados de este curioso estudio fueron sorprendentes, pues se salen de lo que podria marcar el sentido común. Con todo, uno de los aspectos a destacar es que el estudio ha sido financiado por la Junta Nacional del Mango de Estados Unidos, por lo que queda claro que podría haber un conflicto de intereses relacionado con sus conclusiones.

En cualquier caso, los autores del estudio han señalado que esta organizacion no ha tenido ningún poder de decisión ni en el diseño del estudio, ni en su publicación, y mucho menos en sus resultados.

El estudio se basa en el hecho de que cuando tomamos azúcar en una pieza de fruta, como puede ser el mango, generalmente lo ingerimos acompañado de fibra, vitaminas y otros nutrientes. En cambio, en los snacks bajos en azúcares, a menudo no hay nada más, quizás algo de fibra, pero no en grandes cantidades. Es decir, se está ingiriendo poco azúcar, pero no se obtiene ningún beneficio extra.

Según la autora principal del estudio, la nutricionista Raedeh Basiri, las frutas tropicales como el mango son muy ricas en azúcar, pero también tiene una gran cantidad de vitaminas y otros compuestos que aportan muchos beneficios relacionados con la prevención de la diabetes.. y estos serían suficientes para compensar los posibles perjuicios del azúcar.

Para demostrarlo, se llevó a cabo un ensayo clínico cuyos participantes se dividieron en dos grupos. Aproximadamente la mitad tomó un mango de unos 300 gramos cada día durante 6 meses, mientras que el resto hizo lo propio con una barrita de granola baja en azúcares. El mango tenía unos 32 gramos de azúcar, mientras que la barrita barrita tenía solo 11 gramos.

Todos los participantes se tomaron muestras periódicas de sangre para comprobar tanto sus niveles de glucosa como la respuesta a la insulina y la cantidad de grasa corporal, lo que permitió demostrar que, a medida que se iban haciendo al hábito del mango o la barrita diarios, en los que tomaron la fruta se detectaron niveles de glucosa y grasa más bajos, así como una mejor respuesta la insulina, en comparación con los que tomaron la barrita.

Todos ellos eran pacientes prediabéitcos, por lo que esto pudo suponerles la diferencia entre llegar a desarrollar la diabetes o no.

Un problema relacionado con este estudio es que en el mismo han participado sólo 23 personas, por lo que es un grupo muy pequeño para dar sus resultados como concluyentes, de manera que aunque resultan interesantes e indican que el contexto en la alimentación es muy importante, también muestran que no se puede demonizar el azúcar por completo.

De cualquier manera, y aunque se trata de un estudio interesante, dadas sus limitaciones, hasta que se obtenga más información debemos seguir teniendo en cuenta el consejo profesional.

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